Evolución histórica del reumatismo
Para entender la evolución histórica del concepto de “reuma” o “reumatismo” tenemos que remontarnos hasta la Grecia clásica de Hipócrates de Cos (460aC-370aC), el cual utilizaba esta palabra como sinónimo del resfriado común. En aquella época predominaba la “teoría humoral” como explicación del origen de las enfermedades: se afirmaba que el cuerpo humano se componía de cuatro sustancias elementales llamar “humores”: bilis, bilis negra, flema y sangre. Un desequilibrio (ya sea por exceso o por defecto) de estos humores -cualquiera que fuese la razón- generaba todo el conjunto de las enfermedades conocidas. Según dicha teoría, el cerebro era el centro del organismo y podía producir los llamados “7 resfriados cerebrales” al enviar su “humedad” hacia el oído, los ojos, la nariz, el paladar, la garganta, la médula espinal y las caderas. En aquellos casos en los que existiera un desequilibrio humoral, el cerebro también enviaba el excedente de humor hacia el tronco y las extremidades, produciendo dolor o tumefacción articular o muscular. No es de extrañar que el término “reuma” provenga de la palabra latina “rheuma”, que a su vez desciende del término griego “ρευμα”, que significa “fluir” o “correr” (etimológicamente próxima al verbo “rheo” (río): la analogía esta clara).
Aunque en los tiempos modernos esta teoría nos puede parecer ridícula o incluso pueril, persistió como canon en el imaginario médico occidental hasta aproximadamente el siglo XVI.
Teoría humoralLos cuatro humores se correspondían en la medicina hipocrática con los fluidos corporales sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. Durante mucho tiempo, se consideró que las enfermedades eran causadas por un desequilibrio entre estos fluidos, y el estudio de esto se llamaba patología humoral. La imagen es una reproducción exacta de un manuscrito de 1553.
Siguiendo con la historia del reumatismo fue Galeno de Pérgamo (130-216 dC) el primero que utilizó la palabra “artritis” para designar a todo el conjunto de enfermedades articulares, aunque sin diferenciar las causas o sus características. Ya en la época bizantina se empleó la designación de reumatismo casi exclusivamente para la gota, según lo que se deduce de las indicaciones dietéticas de los escritos de aquella época, si bien la palabra “gota” no se introduce hasta el siglo XI se proveniente de latín gutta, haciendo referencia al humor fluye desde las articulaciones. Como vemos la teoría humoral seguía estando de moda casi 2000 años después de su concepción.
Tan importante fue Galeno que la sabiduría popular asignó su nombre para designar de manera coloquial a cualquier médico. (Cabe decir que preferimos eso al término “matasanos”)
Cabe destacar la concepción de Avicena (980-1037) donde hablaba de determinadas “alteraciones de la piel que pasaban las articulaciones, tendones, musculatura y tejido celular subcutáneo (inter carnum et cueto)” refiriéndose a enfermedades como la psoriasis, el lupus o las vasculitis. No fue hasta que el médico parisino Guilliaume Baillou (1558-1616) cambió el paradigma: designa con el nombre de “reumatismo” a “aquella enfermedad caracterizada fundamentalmente por enfermedades de las cubiertas externas especialmente músculos y articulaciones, aún sin diferenciar entre las diferentes causas”, y concibiendo el reumatismo como una enfermedad general que se manifiesta de manera local, como se refleja en su libro Liber de Rheumatismo et Pleuritide dorsali.
Éste fue el señor que acuñó el nombre “reumatismo” atribuido a las enfermedades articulares.
En los siglos posteriores médicos como Sydenham (1624-1689) y Schönlein (1793-1864) definirían con más precisión patologías como la artritis gotosa y su relación con el depósito articular de microcristales de ácido úrico y la definición clásica de Fiebre Reumática. Posteriormente en los siglos XVIII y XIX se realizarán esfuerzos para intentar encuadrar los conceptos de reumatismo agudo y crónico, hasta llegar a las denominaciones vigentes hoy en día.
Por tanto observamos que el concepto de reumatismo ha ido cambiando y adaptándose a los conocimientos de cada época (la ‘zeigeist’ o “espíritu de la época”). A través de los años la acepción reuma o reumatismo ha pasado al inconsciente colectivo como sinónimo simultáneamente de dolor y tumefacción articular, e incluso en los últimos años incluso como sinónimo de elevación de la velocidad de sedimentación globular (VSG) o posibilidad para el Factor Reumatoide (“me han encontrado reuma en la sangre”).
Dr. Javier García Miguel
Médico especialista en Reumatología
col 35778
Hospital Universitari Sagrat Cor (Barcelona)