El “Reuma”
El concepto de “reuma” no existe en los libros de medicina, es decir, no existe ninguna enfermedad o dolencia del aparato locomotor que reciba el nombre de “reuma”. La sociedad ha agrupado bajo el nombre de “reuma” o “reumatismo” a todo el conjunto de dolencias o molestias relacionadas con el aparato locomotor, puede ser como consecuencia del desconocimiento de su diversa naturaleza y la creencia en una causa común por a todas ellas.
Existen más de un centenar de enfermedades distintas del aparato locomotor. La reumatología es la especialidad que se encarga de las enfermedades del aparato locomotor, siendo el reumatólogo el médico especialista en las enfermedades del aparato locomotor.
La artrosis
La artrosis es una enfermedad que lesiona el cartílago articular y origina dolor, rigidez e incapacidad funcional. Habitualmente se localiza en la columna cervical y lumbar, algunas articulaciones del hombro y de los dedos de las manos, la articulación del pulgar, la cadera, la rodilla y la articulación del dedo gordo del pie.
Fuera de estos lugares, la artrosis es rara y cuando aparece, debe sospecharse la existencia de un daño previo o de otra enfermedad articular subyacente.
En España, la artrosis afecta al 10% de la población general, representando casi la cuarta parte del total de pacientes atendidos en las consultas de los reumatólogos. La frecuencia con que afecta a las personas aumenta con la edad (sobre todo a partir de los 40-50 años), aunque no debe considerarse a esta enfermedad como una consecuencia ineludible del envejecimiento articular.
Aunque puede no dar síntomas -por ejemplo, en la columna es frecuente encontrar signos radiográficos de artrosis sin que el individuo tenga dolor-, el síntoma fundamental de es el dolor. Este dolor suele aparecer cuando se exige un esfuerzo en la articulación enferma, tanto de movimiento o de carga. Más adelante, con el progreso de la enfermedad, el dolor puede aparecer en el reposo o descanso nocturno.
Los datos fundamentales que permiten el diagnóstico de la artrosis son los síntomas que explica el paciente y las alteraciones que observe su médico después del examen adecuado de sus articulaciones.
Los objetivos que perseguirá su médico, a la luz de la disponibilidad de medios que le proporciona la ciencia médica actual cuando le recomiende un tratamiento por la artrosis son el alivio del dolor articular y el mantenimiento de la capacidad funcional. Para ello, se dispone de varias alternativas, incluyendo tratamientos físicos, ejercicio físico, combatir la obesidad, medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, infiltraciones de ácido hialurónico y acupuntura.
Artrosis de manos
Consiste en una degeneración del cartílago de las articulaciones de sus manos, benigna, aunque puede producir dolor, dificultad para mover los dedos y deformidad. Suele presentarse en personas de ambos sexos, aunque tiene un marcado predominio en mujeres. Suele empezar a la edad de 40-50 años, aunque hay casos de comienzo más tardío, siendo habitual encontrar un componente hereditario. La localización más frecuente son las articulaciones distales de los dedos (“nódulos de Heberden”), aunque también puede afectar a las articulaciones proximales de los dedos (“nódulos de Bouchard”), siendo en este caso el déficit de movilidad más acusado.
Artrosis de rodilla
Es una enfermedad crónica que se caracteriza por el deterioro paulatino del cartílago de la articulación de la rodilla. Este deterioro conduce a la aparición de dolor con la actividad física, dificultad para andar y permanecer de pie, así como una deformidad progresiva de la rodilla.
Podemos distinguir la afectación femorotibial (en los laterales de la rodilla) y la femoro-lar (entre el fémur y la rótula). Dependiendo del grado de afectación y de su localización, variará la sintomatología del dolor, así como la probabilidad de formación de derrame articular.
La artrosis de rodilla se manifiesta inicialmente con dolor después de estar mucho tiempo de pie o caminando. Duelen especialmente algunas actividades como subir y bajar escaleras, caminar por terrenos irregulares o levantarse de una silla.
Artrosis de cadera
La articulación de la cadera la forman, por una parte, la cabeza del fémur, y por otra, un hueco en el hueso de la pelvis que se llama cótila. Ambas superficies óseas están tapizadas por el cartílago articular. Alrededor de estos huesos están la membrana sinovial, los ligamentos y una potente musculatura. La artrosis de la articulación de la cadera consiste en el deterioro del cartílago de esa articulación.
Artrosis cervical
Las articulaciones están formuladas, entre otros componentes, por los cartílagos. Éstos cubren la superficie del hueso que se articula en otro hueso. Cuando este cartílago se degenera o “desgasta”, se produce la artrosis.
Cuando afecta a la columna cervical, hablaremos de artrosis cervical o cervicoartrosis.
Artrosis lumbar
La columna lumbar está formada por cinco vértebras que se sitúan en la espalda, entre las costillas y la pelvis, en la zona popularmente conocida como la “zona de los riñones”. La artrosis de la columna lumbar puede producirse tanto a nivel del disco vertebral, como a nivel de las articulaciones interapofisarias. La artrosis de la columna lumbar produce con frecuencia dolor de «tipo mecánico» que significa que aparece con el movimiento y la sobrecarga lumbar y mejora con el reposo.